El pasado sábado 15 de junio, el Atlético Bucaramanga hizo historia al conquistar su primer título en la Liga BetPlay 1-2024, tras una emocionante definición por penales contra el favorito Independiente Santa Fe. La ciudad se tiñó de amarillo, y la euforia se desbordó en las calles mientras el equipo celebraba su glorioso triunfo.
Sin embargo, un incidente empañó la alegría de la victoria. En medio del festejo, un individuo, aparentemente miembro de una barra del propio Bucaramanga, fue captado en video arrebatándole la medalla conmemorativa al defensor Carlos Henao. El acto, grabado desde múltiples ángulos y difundido rápidamente en redes sociales, generó indignación y repudio entre los aficionados.
Indignante robo: A jugador del Bucaramanga le arrebatan medalla de campeón en pleno festejo.
La identificación del responsable no tardó en llegar, ya que el propio ladrón compartió una imagen de la medalla en sus redes sociales, convirtiéndose en evidencia incriminatoria. Las autoridades iniciaron de inmediato la búsqueda del individuo, con la colaboración de la comunidad futbolística y la ciudadanía en general, quienes condenaron enérgicamente el acto y exigieron justicia para el jugador afectado.
La identificación del responsable no tardó en llegar, ya que el propio ladrón compartió una imagen de la medalla en sus redes sociales, convirtiéndose en evidencia incriminatoria. Las autoridades iniciaron de inmediato la búsqueda del individuo, con la colaboración de la comunidad futbolística y la ciudadanía en general, quienes condenaron enérgicamente el acto y exigieron justicia para el jugador afectado.
El domingo 16 de junio de 2024, tras su histórica victoria en Bogotá, los jugadores del Bucaramanga regresaron a su ciudad natal, donde fueron recibidos con una euforia desbordante. Una multitudinaria caravana acompañó al equipo en su recorrido, celebrando el primer título en 75 años de historia del club.
La celebración culminó en el estadio, donde los jugadores fueron presentados ante una afición entregada. La emoción era palpable, y muchos aficionados invadieron el campo para festejar junto a sus ídolos, al igual que había sucedido tras el partido de ida de la final.
Sin embargo, en medio del júbilo, un grupo de individuos aprovechó la confusión para acercarse al defensor Carlos Henao. Rodeado y distraído por la multitud, Henao no se percató de que le arrebataban la medalla conmemorativa que colgaba de su cuello. El robo, perpetrado con rapidez y astucia, dejó al jugador sin su preciado trofeo y empañó la celebración del histórico triunfo.